En el siguiente artículo, podrás sumergirte en la leyenda que me ha inspirado para crear la obra que recientemente fue expuesta y premiada en el reconocido certamen de OD Group e IbizArt Guide. Además, encontrarás mi interpretación personal de esta legendaria historia, así como los detalles y características más destacados de la obra galardonada.

La leyenda elegida

La Fuente Mística de Santa Agnès de Corona, un tranquilo pueblo de Ibiza, siempre ha sido conocido por sus hermosos almendros en flor. Pero hay una historia menos conocida que se transmite de generación en generación entre los lugareños. Se trata de una fuente oculta, ubicada en un rincón apartado del valle. La leyenda narra que hace muchos años, una joven mujer de Santa Agnès, llamada Mariana, solía caminar por el valle cada atardecer, disfrutando de la paz que le ofrecían los almendros y el paisaje sereno.

Durante uno de esos paseos, escuchó un suave canto que parecía provenir del suelo. Siguiendo la melodía, Mariana descubrió una fuente escondida entre los árboles. Pero esta no era una fuente común; el agua brillaba con destellos dorados bajo la luz del atardecer. Al acercarse, Mariana sintió una abrumadora sensación de paz y serenidad. Al beber de sus aguas, todas sus preocupaciones y penas parecieron desaparecer. Desde ese día, ella visitaba la fuente a menudo, y con cada visita, su belleza y alegría interior crecían. Con el tiempo, Mariana compartió el secreto de la fuente con algunas mujeres del pueblo. Ellas, a su vez, encontraron consuelo y renovación en sus aguas mágicas. Las mujeres de Santa Agnès protegieron la fuente, manteniendo su ubicación en secreto, pasando su conocimiento solo a una persona seleccionada en cada generación. Se dice que la fuente todavía existe, protegida y escondida en el valle. Aunque muchos han intentado encontrarla, solo aquellos con un corazón puro y la bendición de las guardianas de la fuente pueden descubrirla. Aquellos afortunados que logran encontrarla y beber de sus aguas, se dice que reciben la bendición de paz, claridad y rejuvenecimiento que Mariana experimentó hace tantos años.

Mi interpretación

Mi interpretación para realizar la obra quiere mostrar el momento de luz y conexión que Mariana descubre en ese instante de soledad y reencuentro con ella misma, a través de la naturaleza quien la inspira y relaja; pues es junto a ella que pudo abrir su intuición que la conduce a este maravilloso y escondido paraje. Es ahí, en ese instante, en ese descubrimiento, que se le abre el portal.

Un espacio que le dará a partir de entonces, un estado de gratitud y paz que querrá compartirlo con sus aliadas féminas para poder proteger ese espacio íntimo y sagrado que será transmitido en eternas generaciones.

La fuente cósmica que tenemos dentro de nosotras y que en algún misterioso momento ayudado por las fuerzas de la naturaleza se nos invita a gozar.

Las trenzas hechas con lana de las ovejas ibicencas, limpiada y cardada por mí, la utilicé para representar el poder, la sabiduría, la bendición y la conexión con la divinidad. Una forma de expresar la individualidad femenina, así como de honrar los antepasados y conectar con el universo.

El círculo simboliza unidad, perfección y lo espiritual en contraposición a lo material. Aunque representa lo celestial, en la tierra es un signo de la perfección divina.

Los tonos que he usado azules, Colores del mar y del cielo. Significan el más allá.

Colores que a Mariana le habrán traído confianza, armonía y poder; para vencer a cualquier miedo y llegar a la fuente jovial de su corazón.

A su vez colores de tonalidades amarillos y dorados, recordándonos esa agua de la que bebió Mariana, invadida por la energía del sol.

Señal de que no estamos solos, ya que mirando a cualquier reflejo terrestre encontraremos al creador lleno de consuelo y paz.

Simbolizando la alegría y el calor que Mariana recuperó tras esa conexión espiritual.

Sobre la obra

La obra está instalada sobre un círculo de madera de pino barnizada con aceite de oliva en noches de luna llena. El mandala está creado con Lana pura de Nueva Zelanda con la técnica de tufting, usando diferentes pistolas para darle terminaciones diferentes y sobre todo volúmen. Después tiene un borde de lana ibicenca rescatada de fincas donde la desechan; limpiándola cuidadosamente para agregarla a la obra.

Las medida es un metro de diámetro.